Sumérgete en el mundo de la miel de lavanda, un regalo de la naturaleza que encanta los sentidos y nutre el cuerpo. Con su sabor único y sus propiedades beneficiosas, esta miel no es solo un dulce, sino una experiencia organoléptica completa.

La miel de lavanda, conocida también como miel de espliego, es una variedad monofloral que proviene del néctar de las flores de Lavandula Angustifolia y Lavandula Latifolia. Si bien el espliego forma floraciones naturales, la lavanda se cultiva, cada vez más, en nuestros campos, para la producción de aceites esenciales, lo que genera rentabilidad para la agricultura, y nuevas oportunidades para la producción de miel. En efecto, estas plantas, que tiñen de azul y violeta los campos de España, son la fuente de una miel tan exquisita como aromática.

Características organolépticas

La miel de lavanda se caracteriza por su color ámbar claro o, incluso, blanco, una textura de cristalización media y una consistencia fluida. Su sabor es dulce, con notas ácidas, florales y balsámicas que deleitan el paladar.

Propiedades saludables

Además de su sabor, la miel de lavanda es apreciada por sus propiedades antisépticas, especialmente beneficiosas para los bronquios y los pulmones. También se le atribuyen efectos diuréticos, sudoríficos, bactericidas, antiinfecciosos y antidiarreicos.

La miel de lavanda es mucho más que un edulcorante natural; es una experiencia sensorial que conecta a las personas con la esencia de la naturaleza.

En la web de Tierras apícolas puedes comprarla, directamente del apicultor: si eres apicultor o envasador, puedes comprarla a granel, en bidones. Si eres consumidor, puedes comprarla al detalle.