El ácaro Varroa es una amenaza constante para las colonias de abejas en todo el mundo. Ya, muy pocos lugares en el mundo están libres de varroa; entre ellos, la isla de Pascua. Pero ni siquiera se libra ya Australia, donde ha llegado hace poco. En este artículo, exploraremos en detalle qué es este parásito, su ciclo de vida, y su impacto sobre las colmenas y las poblaciones de abejas.
¿Qué es el ácaro Varroa?
El ácaro Varroa destructor, ese diminuto pero devastador parásito, acecha y diezma las colmenas de todo el mundo, desafiando a los apicultores y amenazando la supervivencia de las abejas melíferas. La mortalidad de colmenas como consecuencia de la varroa y sus efectos, puede oscilar entre un 30 y, en algunos casos, un 50% de la cabaña ganadera, todos los años, lo que supone un gran esfuerzo de mantenimiento para los apicultores.
El ácaro Varroa destructor es un parásito externo que se aferra a las abejas adultas durante su etapa forética, alimentándose de la hemolinfa, el equivalente a la sangre de las abejas, y, sobre todo, como se ha descubierto recientemente, de sus tejidos grasos. Imagina lo que podría provocarnos a nosotros un parásito, en proporción, del tamaño de un melón.
Originario de Asia, este ácaro se ha extendido globalmente, causando estragos en las colmenas y propagando enfermedades entre las comunidades de abejas. En España, está presente desde la década de los 80 del pasado siglo.
El ciclo de vida de la Varroa
Para entender la magnitud de esta amenaza, es fundamental sumergirse en el complejo ciclo de vida de la Varroa y en su impacto en las colonias de abejas.
El ciclo de vida comienza con la etapa llamada forética, donde los ácaros se montan en las abejas adultas y se alimentan de ellas, entre 5 a 11 días. Durante esta etapa, pueden propagar enfermedades entre diferentes colonias de abejas, lo que agrava aún más el problema. Los zánganos son, especialmente, diseminadores y propagadores de varroa, ya que se les permite pulular entre las diferentes colmenas. También hay un porcentaje de deriva de las abejas obreras, que pueden entrar en otras colmenas.
Luego viene la etapa reproductiva, donde las hembras fecundadas del ácaro Varroa entran en las celdillas, pocas horas antes de ser operculadas, y sus ponen huevos dentro de las celdas de cría de las abejas, preferiblemente en las celdas de cría de zánganos, por tener más días de duración el ciclo reproductivo de éstos, con respecto a las obreras. Cada hembra puede poner alrededor de cinco huevos en una celda de cría, lo que marca el inicio de un nuevo ciclo de reproducción. 60 horas después de la operculación de la celda, la hembra pone su primer huevo, del cual se desarrollará un macho, y, en intervalos de 30 horas, va poniendo los siguientes, que serán hembras.
Los huevos eclosionan y las larvas atraviesan dos etapas: la etapa de protoninfa, donde los ácaros crecen considerablemente, y la etapa de deutoninfa, donde se diferencian en machos y hembras.
Cada hembra puede vivir de 30 a 40 días, o, incluso, varios meses, y realizar dos o tres ciclos reproductivos, dejando en cada ciclo 1 ó 2 hijas viables (que serán entre 2-4 en las celdas de zángano). Es un ciclo exponencial: 5 hembras de varroa producen 5.000 varroas.
Este ciclo de vida continuo dentro de las celdas de cría afecta la salud y el desarrollo de las abejas, debilitándolas y, en casos extremos, llevando a la destrucción completa de las colmenas. ¡Se calcula que las larvas de abeja parasitadas por varroa pueden llegar a perder hasta un 30% de su masa corporal!
Impacto en las colonias de abejas y estrategias de defensa
La presencia del ácaro Varroa no solo debilita a las abejas al absorber su hemolinfa y tejidos grasos, y disminuir su masa corporal, sino que también actúa como vector de numerosos agentes virales peligrosos para su supervivencia, como el virus de las alas deformes. Además, la reproducción del Varroa coincide con la etapa de pupa o ninfa de las abejas, lo que agrava aún más su impacto en el desarrollo y la salud de las colonias.
Ante esta amenaza, los apicultores han implementado una variedad de estrategias para proteger sus colmenas. Desde tratamientos químicos (como el acaricida amitraz) hasta métodos más naturales, como el uso del ácido oxálico o el fórmico, el timol, etc., o manejos como la selección de la cría de abejas resistentes y la implementación de otras prácticas que reduzcan el estrés en las colmenas. Los apicultores están en constante búsqueda de soluciones efectivas para combatir al ácaro Varroa, y preservar la salud de las abejas y la producción de miel en todo el mundo. Las más recientes investigaciones apuntan a una especie de vacuna basada en la tecnología de ARN mensajero (como en las vacunas del Covid), que se va a probar de forma inminente en EE.UU, y que, en el futuro, podría llegar a Europa, si los resultados son los esperados.
Si quieres aprender más sobre la varroa, e iniciarte en la apicultura, puedes hacerlo con nuestro curso online. Apúntate y empieza. Desde cualquier lugar… a tu ritmo.
La amenaza del ácaro Varroa para la apicultura mundial
El ácaro Varroa es una amenaza constante para las colonias de abejas en todo el mundo. Ya, muy pocos lugares en el mundo están libres de varroa; entre ellos, la isla de Pascua. Pero ni siquiera se libra ya Australia, donde ha llegado hace poco. En este artículo, exploraremos en detalle qué es este parásito, su ciclo de vida, y su impacto sobre las colmenas y las poblaciones de abejas.
¿Qué es el ácaro Varroa?
El ácaro Varroa destructor, ese diminuto pero devastador parásito, acecha y diezma las colmenas de todo el mundo, desafiando a los apicultores y amenazando la supervivencia de las abejas melíferas. La mortalidad de colmenas como consecuencia de la varroa y sus efectos, puede oscilar entre un 30 y, en algunos casos, un 50% de la cabaña ganadera, todos los años, lo que supone un gran esfuerzo de mantenimiento para los apicultores.
El ácaro Varroa destructor es un parásito externo que se aferra a las abejas adultas durante su etapa forética, alimentándose de la hemolinfa, el equivalente a la sangre de las abejas, y, sobre todo, como se ha descubierto recientemente, de sus tejidos grasos. Imagina lo que podría provocarnos a nosotros un parásito, en proporción, del tamaño de un melón.
Originario de Asia, este ácaro se ha extendido globalmente, causando estragos en las colmenas y propagando enfermedades entre las comunidades de abejas. En España, está presente desde la década de los 80 del pasado siglo.
El ciclo de vida de la Varroa
Para entender la magnitud de esta amenaza, es fundamental sumergirse en el complejo ciclo de vida de la Varroa y en su impacto en las colonias de abejas.
El ciclo de vida comienza con la etapa llamada forética, donde los ácaros se montan en las abejas adultas y se alimentan de ellas, entre 5 a 11 días. Durante esta etapa, pueden propagar enfermedades entre diferentes colonias de abejas, lo que agrava aún más el problema. Los zánganos son, especialmente, diseminadores y propagadores de varroa, ya que se les permite pulular entre las diferentes colmenas. También hay un porcentaje de deriva de las abejas obreras, que pueden entrar en otras colmenas.
Luego viene la etapa reproductiva, donde las hembras fecundadas del ácaro Varroa entran en las celdillas, pocas horas antes de ser operculadas, y sus ponen huevos dentro de las celdas de cría de las abejas, preferiblemente en las celdas de cría de zánganos, por tener más días de duración el ciclo reproductivo de éstos, con respecto a las obreras. Cada hembra puede poner alrededor de cinco huevos en una celda de cría, lo que marca el inicio de un nuevo ciclo de reproducción. 60 horas después de la operculación de la celda, la hembra pone su primer huevo, del cual se desarrollará un macho, y, en intervalos de 30 horas, va poniendo los siguientes, que serán hembras.
Los huevos eclosionan y las larvas atraviesan dos etapas: la etapa de protoninfa, donde los ácaros crecen considerablemente, y la etapa de deutoninfa, donde se diferencian en machos y hembras.
Cada hembra puede vivir de 30 a 40 días, o, incluso, varios meses, y realizar dos o tres ciclos reproductivos, dejando en cada ciclo 1 ó 2 hijas viables (que serán entre 2-4 en las celdas de zángano). Es un ciclo exponencial: 5 hembras de varroa producen 5.000 varroas.
Este ciclo de vida continuo dentro de las celdas de cría afecta la salud y el desarrollo de las abejas, debilitándolas y, en casos extremos, llevando a la destrucción completa de las colmenas. ¡Se calcula que las larvas de abeja parasitadas por varroa pueden llegar a perder hasta un 30% de su masa corporal!
Impacto en las colonias de abejas y estrategias de defensa
La presencia del ácaro Varroa no solo debilita a las abejas al absorber su hemolinfa y tejidos grasos, y disminuir su masa corporal, sino que también actúa como vector de numerosos agentes virales peligrosos para su supervivencia, como el virus de las alas deformes. Además, la reproducción del Varroa coincide con la etapa de pupa o ninfa de las abejas, lo que agrava aún más su impacto en el desarrollo y la salud de las colonias.
Ante esta amenaza, los apicultores han implementado una variedad de estrategias para proteger sus colmenas. Desde tratamientos químicos (como el acaricida amitraz) hasta métodos más naturales, como el uso del ácido oxálico o el fórmico, el timol, etc., o manejos como la selección de la cría de abejas resistentes y la implementación de otras prácticas que reduzcan el estrés en las colmenas. Los apicultores están en constante búsqueda de soluciones efectivas para combatir al ácaro Varroa, y preservar la salud de las abejas y la producción de miel en todo el mundo. Las más recientes investigaciones apuntan a una especie de vacuna basada en la tecnología de ARN mensajero (como en las vacunas del Covid), que se va a probar de forma inminente en EE.UU, y que, en el futuro, podría llegar a Europa, si los resultados son los esperados.
Si quieres aprender más sobre la varroa, e iniciarte en la apicultura, puedes hacerlo con nuestro curso online. Apúntate y empieza. Desde cualquier lugar… a tu ritmo.
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